Si Dios quiere



Toda mi primaria la estudié en un colegio de curas carmelitas. Mi juventud la viví bajo el techo de una familia católica y, cada vez que oí “Si Dios quiere y la virgen…” hubo indignación en mí. ¿Debía Dios tener un acuerdo mutuo con la “virgen” para que las cosas buenas sucedieran? ¡Tonterías católicas!
Quienquiera haya leído todo el Antiguo Testamento notará que Dios no necesitó aprobación, salvo pocos acuerdos con mujer (u hombre) para hacer lo que Él haya hecho soberanamente. En el principio del Génesis, Él sólo se muestra con Su deseo y Su voluntad, trabajando por hacer cosas junto a Su Espíritu:
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.” (Gén 1:2).
No tengo modo ni medios para determinar una dualidad biforme o ambigua en la deidad que decidió llamarse a sí misma Elohim pero, quienquiera sea Su género asexual, siempre manifestó estar a favor del lado masculino, del patriarcado; y no del lado feminista matriarcal.  ¿Cuánto no detestó Él el espíritu autoritativo de Jezabel?
La Jezabel histórica, la primera que se menciona en la biblia, tiene que ver con aquella que promovió el culto a Baal (1Rey 16:31). Ésta fue aquella esposa que –poniéndose por encima de la autoridad del rey- comienzó a matar a los profetas de Yahvé:
“Jezabel destruía a los profetas de Jehová…” (1Rey 18:4, 18:13)
Por otro lado –examinando este tiempo- vemos que la catolizada y recelada “María” de hoy (que no es María) “aparece” en cualquier lugar y aposento pero, ¿Dirige el culto al Dios Verdadero? La fama centenaria que ella ha buscado por siglos (siendo Diana/Artemisa) se auto promociona con distintos nombres. ¿Por qué no hay apariciones de Jesucristo, en lugar de “ella”? (como dicen los católicos, cuando los demonios hablan de ella)
¡Usted discernirá si ella sirve a Dios! o al culto idolátrico católico.
a. Proféticamente, en el futuro, la iglesia de Tiatira es amonestada por aceptar a una supuesta “profeta” que los induce a la idolatría, a la fornicación espiritual, debida a una mezcla del  judaísmo con el culto a Baal, a la corrupción sincretista del consumo de alimentos consagrados a cultos paganos; tipo fiestas de san Juan, en Venezuela. (Apo 2:20).
b. Jezabel era politeísta “…Así me hagan los dioses…” (1Rey 19:2) y, María (la madre de Jesús) era judía, descendiente de sacerdotes monoteístas, contrariamente, y justa y sumisa: “Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva…” (Luc 1:47-48).
c. Cuando se formó la “sampablera” por diana, los de Éfeso gritaron: “¡Grande es Diana de los efesios!” durante dos horas… ¿No sería eso un culto público al ídolo de Asia? (Hch 19:34)
Para aquellos que obstinadamente dicen “si Dios quiere y la virgen” les presento algo -a investigar- que puede demostrarles cómo Artemisa/Diana (por obra de satanás) ha venido operando en la historia, camuflándose con cualquier sincretismo religioso u artístico.
Los temas refritos de la Mujer Maravilla tienden a relanzarse, ahora usando el cine, y las nuevas técnicas computacionales.



Las heroínas y todo lo relativo a las amazonas tienen que ver con ella, su culto o sensualidad.

Concilio de Éfeso: 400 años luego de Cristo, hubo un Concilio para exaltar a “María” de rango humano al divino…

“El  Concilio de Éfeso se realizó entre los meses de junio y julio del 431. Nestorio, patriarca de Constantinopla, se negaba a otorgar el título de “Madre de Dios” a la Virgen María, porque consideraba que Cristo era en realidad dos personas distintas (Dios y hombre) y, que la Virgen María era la madre de Jesús de Nazaret, pero no del Verbo Divino...
El Concilio destituyó a Nestorio, condenó sus postulados, y sancionó la doctrina de que Jesucristo es Dios verdadero y hombre verdadero, que tiene dos naturalezas (humana y divina) fundidas en una sola persona.
Dicho Concilio aprobó el título de “Madre de Dios” para la Virgen María (del griego Theotokos, ‘portadora de Dios’). “
Bíblicamente —en el mismo lugar de Turquía- ese tema de la idolatría lo había abordado Pablo Saulo 4 siglos antes del Concilio de Éfeso (al parecer, allí sigue el trono de esa potestad demoníaca).
Demetrio (Hch 19:24) un artesano, platero, dedicado al culto y promoción del turismo religio$o de ese puerto (en Turquía) lideró la querella que importunaba económicamente a muchos comerciantes, debido a lo que decían los judíos cristianos: “No son dioses los que se hacen con las manos”. Aquel, enardecido, convocó a una gran asamblea en el teatro (Hch 19:31) y, justo allí, cabrían más de 20 mil personas… ¿Podrían imaginarse tratar de controlar “fácilmente” a una turba airada, perturbada en los negocios del dinero y la idolatría?

¡Todo un ejército de comerciantes idólatras!
Militar y estratégicamente, no convenía presentarse en un teatro donde irían con desventaja numérica. Pero ¿qué hizo que 400 años más tarde se reuniera un concilio católico, tratando el mismo asunto religioso?
No cabe duda que, con el tiempo, Artemisa/Diana se camufló usando el nombre de “María”. Y, si usted ha leído bien su Antiguo Testamento, notará lo que Dios dice “no hay otro Dios”:
“Jehová dijo a Moisés …para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra.” (Éxo 9:14)
“Reconoce y considera seriamente hoy que el SEÑOR es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro.” (Deut 4:39)
“A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es Dios, y que no hay otro.” (1Rey 8:60)
“Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro Dios.” (Isa 44:6)
“…Dios es uno solo y que no hay otro fuera de Él” (Mar 12:32)
“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.” (Apo 1:8)
Entonces, ¿Cómo es que “María” es corredentora ahora?

Míresela –con el nombre de Diana- en un film feminista, dirigido por Patty Jenkins.
 
El demonio busca fama o gloria idolátrica para sí, camuflada, en otros medios. ¿Quién no cae a esa seducción visual o emotiva? Si se olvida el sano mandamiento de no hacerse de imágenes (Éxo 34:13, Deut 7:5, 12:3)

Yo no concuerdo con todo lo que opine C. Peter Wagner o Héctor Torres en el libro “Cómo enfrentar a la reina del cielo”. Yo no creo en apóstoles contemporáneos ni creo ciegamente a todo lo que haya escrito Saulo Pablo (Compárese Efesios 4 versus Mateo 23:10) porque Jesús enseñó la humildad (Luc 17:10, 22:27) a no buscar un protagonismo jerarquizante con charreteras (Mat 23:8) sino a ser soldados hermanados y rasos (Mat 23:10) porque la auto exaltación nos llevó al pecado de la vana soberbia (Eze 27:3; 28:2) y a la división denominacional, tal cual hoy todavía la produce satanás, con lo que creemos y deberíamos creer.

Lean, si quieren, ese libro (.pdf) en línea:



 

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